Los zombis del marxismo
Editorial Diario El País (Montevideo)
Satanizar a su enemigo significa sacralizar sus propias intenciones y sus presuntos logros. No hay que ocuparse de destacar las aberraciones cometidas por el socialismo real -cien millones de muertos en el planeta- porque ello distraería la atención desviándola de la que requieren los problemas actuales. La táctica no varía: se puede emitir un juicio lapidario sobre el nazismo pero ese mismo juicio no puede abarcar, también, al comunismo -acusándolo de haber cometido los mismos o peores horrores- porque la propaganda marxista acusará de neonazis a quienes así procedan, quitándoles toda credibilidad.
Traslademos esta argumentación a la realidad uruguaya: la sedición marxista que descompaginó a nuestro país y que provocó la dictadura militar fue derrotada por ésta y las autoridades anteriores a ella. Entonces, restablecida la democracia y aprobada la ley que los amnistió, los ex sediciosos se incorporaron a la vida institucional y, desde todas las posiciones y cargos posibles, arremetieron contra los militares, policías y civiles que los habían vencido y que, por tanto, habían evitado que el país fuera cubanizado.
Del éxito de la campaña emprendida hablan a las claras los siguientes hechos:
1. Los protagonistas de la dictadura pasaron a ser los únicos y detestables violadores de los derechos humanos en nuestro país: torturaron, asesinaron, secuestraron, hicieron desaparecer y vejaron a ciudadanos "inocentes".
Pero no se tiene en cuenta que estos ciudadanos "inocentes" no todos fueron tales sino que fueron cómplices o integraron grupos subversivos que torturaron, asesinaron, secuestraron, asaltaron y vejaron a quienes su "justicia" determinó que debían ser condenados.
2. El golpe de Estado del 27/VI/73 -que disolvió el Parlamento- fue precedido por una decena de años de actividades sediciosas por parte de tupamaros y afines, apoyados por extranjeros, que al parecer, se minimiza, no se quiere recordar y, menos aun, condenar categóricamente.
3. La campaña propagandística de la izquierda marxista hace del Plan Cóndor (coordinación antiguerrillera de las dictaduras del cono sur) un instrumento represivo y de inteligencia contra quienes se oponían a ellas. Nada se dice, en cambio, que la contracara del Plan Cóndor fue la acción de la Conferencia Tricontinental y de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS, presidida por el "Che" Guevara), engendros del marxismo internacional que, bajo banderas antiimperialistas (no aplicables al imperialismo soviético) pretendían implantar regímenes adictos. Y, sobre todo, fracasados los anteriores intentos, nada se dice que todos los movimientos guerrilleros marxistas de Latinoamérica (se exceptúa el mexicano) fueron apoyados, financiados, armados y hasta entrenados por Fidel Castro, según orgullosa confesión del propio dictador cubano.
4. Tanta confusión deliberada y desvío de la información pertinente indica, de manera fehaciente, que no es conveniente que la historia de las últimas décadas se incluya en los programas de Historia para los niños de 6° año de Primaria y los adolescentes de 4° de Secundaria.
A esta versión sesgada de los hechos que nos afectaron en las décadas del 60-70 y 80 se agrega, en el plano internacional, un capítulo asombroso y desconcertante: Cuba -y también China y otros países no democráticos- es designada miembro del Consejo de DDHH de la onU, lo cual significa algo así como poner de guardián de un gallinero a una comadreja.
Ante tantos fracasos del socialismo real, ante tanta hipocresía por ocultarlos y ante tanto empecinamiento por hacer revivir lo que pertenece al pasado, la sociedad entera debe librarse de unos zombis que, como dijo la Ministra de RREE de España, caminan entre nosotros a pesar de estar muertos.
viernes, 14 de marzo de 2008
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1 comentario:
El marxismo siempre ha necesitado tener un enemigo en el cual descargar toda su agresividad y sus sentencias, derivadas de su "convicción de que es el único depositario de la verdad, de la justicia y de la moralidad".
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