A propósito del reciente incidente fronterizo entre Colombia y Ecuador
Política Internacional / Emilio J. Cárdenas
El incidente entre ambos países a causa de las FARC provocó una serie de reacomodamientos y replanteos en el resto de la región.
La precipitada -y ostensible- “huída” de los Presidentes Chávez, Ortega y Correa de la discusión que protagonizaran en la primera parte de la reciente “cumbre” del Grupo de Río, en Santo Domingo tiene, quizás, una explicación: las posibles consecuencias de la riquísima información que surge de las computadoras secuestradas por el ejército colombiano en el operativo que le costara la vida al terrorista Raúl Reyes. Ella puede ser realmente devastadora, para por lo menos dos de los aludidos tres países: Venezuela y Ecuador.
Ocurre que los gobiernos de ambos países pueden haber quedado absolutamente en evidencia, esto es con “las manos en la masa”, en abierta violación a la delicada Resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dictada en el marco del capítulo VII de la Carta, que prohíbe -específicamente- financiar al terrorismo y ordena, asimismo, sellar las fronteras, evitando que sean porosas respecto del terrorismo y, más aún, desautoriza los “santuarios” al terrorismo, como han venido siendo tanto Ecuador, como Venezuela, respecto de las FARC.
Ello los pone en situación sumamente delicada respecto de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, para quienes con la lucha contra el terrorismo “no se juega” nunca; ni se admiten “excepciones”.
La “actuación” argentina
A la Argentina -en función de los antecedentes personales de algunas de sus actuales autoridades- le pasa -quizás- algo parecido, aún cuando lo cierto es que (al final) nuestro país tomó alguna distancia del incidente fronterizo, pretendiendo (al fracasar el “intento mediador” de nuestra Presidente en uno de los pocos conflictos que teóricamente admitían esa posibilidad porque, recordemos, nuestra primera mandataria tiene una desventaja tremenda: no habla sino castellano) mantenerse en un pretendido papel “doctrinario”, envuelta en una larga, pero incompleta, retórica.
Lo de siempre, entonces. Más de lo mismo, lo que es lamentable. Y esto que Cristina -que ambiciona poder superar las luminarias locales y transitar en el escenario grande- no es como Néstor, de quien el añejo Lucio García del Solar, desde las columnas de La Nación, destacara recientemente sus “reticencias” ante “ciertos aspectos de los hábitos diplomáticos”. Entre ellos, la cordialidad, el protocolo, la educación social, la puntualidad, etc… A Cristina, que ama los colores “pastel”, nunca le gustaron los talleres mecánicos, en los que Néstor -en cambio- está cómodo. Por esto el “viaje” presidencial reciente no fue, como decía también García del Solar, una suerte de “finishing school” para la Presidente (que seguramente no cree que lo necesita, porque se siente doctorada en la universidad del mundo, que presume conocer); fue más bien un tema complicado y Cristina advirtió que caminaba en un campo minado. Y “bajó paño” y no salió del todo mal.
Brasil busca distancia
Las cosas han cambiado, en todas partes. Hasta en el Brasil, por ejemplo, que se apresuró a negar que en su territorio haya bases de las FARC.
No vaya a ser que su candidatura a un asiento permanente del Consejo de Seguridad se empañe. Rafael Correa había afirmado lo contrario. E Itamaratí se angustió y salió a desmentir rápidamente, aclarando que “la frontera está protegida”. A lo que se agregaron aclaraciones adicionales, realizadas desde el ámbito militar. “Tengo certeza que mis comandos van a encargarse de neutralizar las bases” (de las FARC), “en la hipótesis en que las haya”, dijo el General brasileño Augusto Helenio Pereira, titular del Comando Militar de la Amazonia.
Nadie quiere que Brasil termine siendo -de alguna manera- parte de una investigación del “Comité Anti-terrorismo” del Consejo de Seguridad, lo que sería complicado. De allí el empeño por generar distancia.
Según “La Tercera”, de Chile, militares brasileños agregaron, sin identificarse, que las FARC ingresan al territorio de su país a abastecerse de víveres y comida, solo eso. Armas y municiones, no. Las incursiones de las FARC en territorio de Brasil son, no obstante, bien conocidas.
Perú abre una investigación
Perú (cuyo Presidente, Alan García, con acierto, acusó a Venezuela de pretender “atizar el fuego” en un conflicto en el que nada tenía que ver) ha dispuesto investigar desde el Congreso, probablemente con una “Comisión Investigadora” especial, las acciones de Venezuela en su territorio, a partir de las sospechosas actividades de las oficinas del llamado “Alba”, organización presuntamente de integración económica, a la que Perú no pertenece.
Con el apoyo otorgado a Ollanta Humala aún fresco, se sospecha que Venezuela -que ha pisoteado sistemáticamente el “principio de no intervención en los asuntos internos de otros países”- utiliza descaradamente esas “oficinas” para infiltración ideológica y el financiamiento de sus “aliados” o personeros locales, lo que, de comprobarse sería sumamente grave.
“Tránsito” en tierra charrúa
Uruguay ha aparecido ahora (pasivamente) en la “ruta” del tráfico de armas de las FARC. Así lo reveló la detención, en Tailandia, del buscado traficante y ex militar ruso Víctor Bout, al que -felizmente- se atrapó a partir de información confidencial suministrada por las computadoras de Raúl Reyes.
Habría fusiles AK-47 y poderosos lanzagranadas que llegan a la jungla colombiana con alguna tierra o polvo charrúa, atento a que los aviones del traficante Bout usaban los aeropuertos orientales en su complejo y disimulado tránsito hacia las FARC.
Las penurias reales de los venezolanos
En Venezuela, Chávez tiene que ocuparse urgentemente del creciente descontento de su pueblo. Su imagen, después de la debacle del intento de reforma constitucional que no prosperara, está por el suelo.
En los primeros dos meses de este año, la inflación oficial venezolana fue del 5,8%. Los alimentos y bebidas no-alcohólicas registraron un alza -en ese mismo período- del 6,8%. Y veinte de cada cien productos alimenticios sobre los que se calcula la inflación simplemente han desparecido de los estantes y anaqueles de los supermercados. Uno de cada cinco, entonces, no es poco.
El precio del queso trepó, en dos meses, un 47,3 %. El del azúcar, un 49,2%. El arroz un 30,5%. Las pastas, un escalofriante 58%. El pan, un 18% y la leche, un 36,7%. Un verdadero desastre para los sectores de menores ingresos. Y una situación doméstica con ribetes de conmoción.
Por todo esto Hugo Chávez acudió -presuroso- a La Habana, a buscar “consejo” de su camarada, modelo, y númen, el ahora alicaído Fidel Castro. Seguramente le confió sus temores y sus recelos, ante lo sucedido.
El caos de Evo Morales
Bolivia, por su parte, está nuevamente al borde de la desintegración. Con el sector de la “medialuna ampliada” alzado, desafiando a los tribunales electorales, esto es desacatando abiertamente las órdenes de no ir adelante con los referendos de autonomía.
El gas no fluye en cantidades suficientes. Ni para alimentar el consumo doméstico. Ni para cumplir con los compromisos de exportación asumidos específicamente, no hace mucho. La crisis energética es una realidad. Y nadie dice que no existe. La falta de inversión, otra.
Mientras tanto, la producción de cocaína boliviana, en cambio, crece exponencialmente y el producto circula cada vez más. Dentro y fuera de Bolivia, alimentando el consumo de “paco” hasta en la cercana ciudad de Buenos Aires, lo que deriva en la ola creciente de asaltos violentos y asesinatos salvajes, que es del dominio público; esto es, en una creciente y peligrosa inseguridad urbana.
En tan solo once días de control, la “Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico” de Bolivia -que hace simplemente lo que puede, que no es mucho- incautó cuatro toneladas de marihuana y 138 kilogramos de cocaína. Lo que está muy por encima del promedio de los últimos años y es toda una señal.
A modo de reflexión final
De pronto, después de lo del Río Putumayo, en la frontera colombiano-ecuatoriana, todos parecen comprender que con la lucha contra el terrorismo, en el mundo de hoy no se admiten deserciones. Parece notorio, además, que algunos han comenzado a actuar en consecuencia.
La información ahora en manos de Colombia sobre financiamiento del terrorismo y narcotráfico preocupa y ha hecho aparecer una nube densa de alta peligrosidad, que flota amenazadora sobre algunos. Hay ansiedad por las posibles consecuencias de los descubrimientos hechos con motivo del preciso operativo que terminara con la vida del terrorista Raúl Reyes. Y su eventual denuncia ante el Consejo de Seguridad.
De allí, reitero, la precipitada “huída hacia delante” protagonizada por un desconocido Hugo Chávez, en Santo Domingo. También la corajuda actuación del Presidente Uribe. Y las repentinas “consultas” de Hugo Chávez con Fidel Castro, que creía equivocadamente haberse alejado del mundanal ruido. © www.economiaparatodos.com.ar
Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El incidente entre ambos países a causa de las FARC provocó una serie de reacomodamientos y replanteos en el resto de la región.
La precipitada -y ostensible- “huída” de los Presidentes Chávez, Ortega y Correa de la discusión que protagonizaran en la primera parte de la reciente “cumbre” del Grupo de Río, en Santo Domingo tiene, quizás, una explicación: las posibles consecuencias de la riquísima información que surge de las computadoras secuestradas por el ejército colombiano en el operativo que le costara la vida al terrorista Raúl Reyes. Ella puede ser realmente devastadora, para por lo menos dos de los aludidos tres países: Venezuela y Ecuador.
Ocurre que los gobiernos de ambos países pueden haber quedado absolutamente en evidencia, esto es con “las manos en la masa”, en abierta violación a la delicada Resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dictada en el marco del capítulo VII de la Carta, que prohíbe -específicamente- financiar al terrorismo y ordena, asimismo, sellar las fronteras, evitando que sean porosas respecto del terrorismo y, más aún, desautoriza los “santuarios” al terrorismo, como han venido siendo tanto Ecuador, como Venezuela, respecto de las FARC.
Ello los pone en situación sumamente delicada respecto de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, para quienes con la lucha contra el terrorismo “no se juega” nunca; ni se admiten “excepciones”.
La “actuación” argentina
A la Argentina -en función de los antecedentes personales de algunas de sus actuales autoridades- le pasa -quizás- algo parecido, aún cuando lo cierto es que (al final) nuestro país tomó alguna distancia del incidente fronterizo, pretendiendo (al fracasar el “intento mediador” de nuestra Presidente en uno de los pocos conflictos que teóricamente admitían esa posibilidad porque, recordemos, nuestra primera mandataria tiene una desventaja tremenda: no habla sino castellano) mantenerse en un pretendido papel “doctrinario”, envuelta en una larga, pero incompleta, retórica.
Lo de siempre, entonces. Más de lo mismo, lo que es lamentable. Y esto que Cristina -que ambiciona poder superar las luminarias locales y transitar en el escenario grande- no es como Néstor, de quien el añejo Lucio García del Solar, desde las columnas de La Nación, destacara recientemente sus “reticencias” ante “ciertos aspectos de los hábitos diplomáticos”. Entre ellos, la cordialidad, el protocolo, la educación social, la puntualidad, etc… A Cristina, que ama los colores “pastel”, nunca le gustaron los talleres mecánicos, en los que Néstor -en cambio- está cómodo. Por esto el “viaje” presidencial reciente no fue, como decía también García del Solar, una suerte de “finishing school” para la Presidente (que seguramente no cree que lo necesita, porque se siente doctorada en la universidad del mundo, que presume conocer); fue más bien un tema complicado y Cristina advirtió que caminaba en un campo minado. Y “bajó paño” y no salió del todo mal.
Brasil busca distancia
Las cosas han cambiado, en todas partes. Hasta en el Brasil, por ejemplo, que se apresuró a negar que en su territorio haya bases de las FARC.
No vaya a ser que su candidatura a un asiento permanente del Consejo de Seguridad se empañe. Rafael Correa había afirmado lo contrario. E Itamaratí se angustió y salió a desmentir rápidamente, aclarando que “la frontera está protegida”. A lo que se agregaron aclaraciones adicionales, realizadas desde el ámbito militar. “Tengo certeza que mis comandos van a encargarse de neutralizar las bases” (de las FARC), “en la hipótesis en que las haya”, dijo el General brasileño Augusto Helenio Pereira, titular del Comando Militar de la Amazonia.
Nadie quiere que Brasil termine siendo -de alguna manera- parte de una investigación del “Comité Anti-terrorismo” del Consejo de Seguridad, lo que sería complicado. De allí el empeño por generar distancia.
Según “La Tercera”, de Chile, militares brasileños agregaron, sin identificarse, que las FARC ingresan al territorio de su país a abastecerse de víveres y comida, solo eso. Armas y municiones, no. Las incursiones de las FARC en territorio de Brasil son, no obstante, bien conocidas.
Perú abre una investigación
Perú (cuyo Presidente, Alan García, con acierto, acusó a Venezuela de pretender “atizar el fuego” en un conflicto en el que nada tenía que ver) ha dispuesto investigar desde el Congreso, probablemente con una “Comisión Investigadora” especial, las acciones de Venezuela en su territorio, a partir de las sospechosas actividades de las oficinas del llamado “Alba”, organización presuntamente de integración económica, a la que Perú no pertenece.
Con el apoyo otorgado a Ollanta Humala aún fresco, se sospecha que Venezuela -que ha pisoteado sistemáticamente el “principio de no intervención en los asuntos internos de otros países”- utiliza descaradamente esas “oficinas” para infiltración ideológica y el financiamiento de sus “aliados” o personeros locales, lo que, de comprobarse sería sumamente grave.
“Tránsito” en tierra charrúa
Uruguay ha aparecido ahora (pasivamente) en la “ruta” del tráfico de armas de las FARC. Así lo reveló la detención, en Tailandia, del buscado traficante y ex militar ruso Víctor Bout, al que -felizmente- se atrapó a partir de información confidencial suministrada por las computadoras de Raúl Reyes.
Habría fusiles AK-47 y poderosos lanzagranadas que llegan a la jungla colombiana con alguna tierra o polvo charrúa, atento a que los aviones del traficante Bout usaban los aeropuertos orientales en su complejo y disimulado tránsito hacia las FARC.
Las penurias reales de los venezolanos
En Venezuela, Chávez tiene que ocuparse urgentemente del creciente descontento de su pueblo. Su imagen, después de la debacle del intento de reforma constitucional que no prosperara, está por el suelo.
En los primeros dos meses de este año, la inflación oficial venezolana fue del 5,8%. Los alimentos y bebidas no-alcohólicas registraron un alza -en ese mismo período- del 6,8%. Y veinte de cada cien productos alimenticios sobre los que se calcula la inflación simplemente han desparecido de los estantes y anaqueles de los supermercados. Uno de cada cinco, entonces, no es poco.
El precio del queso trepó, en dos meses, un 47,3 %. El del azúcar, un 49,2%. El arroz un 30,5%. Las pastas, un escalofriante 58%. El pan, un 18% y la leche, un 36,7%. Un verdadero desastre para los sectores de menores ingresos. Y una situación doméstica con ribetes de conmoción.
Por todo esto Hugo Chávez acudió -presuroso- a La Habana, a buscar “consejo” de su camarada, modelo, y númen, el ahora alicaído Fidel Castro. Seguramente le confió sus temores y sus recelos, ante lo sucedido.
El caos de Evo Morales
Bolivia, por su parte, está nuevamente al borde de la desintegración. Con el sector de la “medialuna ampliada” alzado, desafiando a los tribunales electorales, esto es desacatando abiertamente las órdenes de no ir adelante con los referendos de autonomía.
El gas no fluye en cantidades suficientes. Ni para alimentar el consumo doméstico. Ni para cumplir con los compromisos de exportación asumidos específicamente, no hace mucho. La crisis energética es una realidad. Y nadie dice que no existe. La falta de inversión, otra.
Mientras tanto, la producción de cocaína boliviana, en cambio, crece exponencialmente y el producto circula cada vez más. Dentro y fuera de Bolivia, alimentando el consumo de “paco” hasta en la cercana ciudad de Buenos Aires, lo que deriva en la ola creciente de asaltos violentos y asesinatos salvajes, que es del dominio público; esto es, en una creciente y peligrosa inseguridad urbana.
En tan solo once días de control, la “Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico” de Bolivia -que hace simplemente lo que puede, que no es mucho- incautó cuatro toneladas de marihuana y 138 kilogramos de cocaína. Lo que está muy por encima del promedio de los últimos años y es toda una señal.
A modo de reflexión final
De pronto, después de lo del Río Putumayo, en la frontera colombiano-ecuatoriana, todos parecen comprender que con la lucha contra el terrorismo, en el mundo de hoy no se admiten deserciones. Parece notorio, además, que algunos han comenzado a actuar en consecuencia.
La información ahora en manos de Colombia sobre financiamiento del terrorismo y narcotráfico preocupa y ha hecho aparecer una nube densa de alta peligrosidad, que flota amenazadora sobre algunos. Hay ansiedad por las posibles consecuencias de los descubrimientos hechos con motivo del preciso operativo que terminara con la vida del terrorista Raúl Reyes. Y su eventual denuncia ante el Consejo de Seguridad.
De allí, reitero, la precipitada “huída hacia delante” protagonizada por un desconocido Hugo Chávez, en Santo Domingo. También la corajuda actuación del Presidente Uribe. Y las repentinas “consultas” de Hugo Chávez con Fidel Castro, que creía equivocadamente haberse alejado del mundanal ruido. © www.economiaparatodos.com.ar
Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Política Internacional / Emilio J. Cárdenas
A propósito del reciente incidente fronterizo entre Colombia y Ecuador
El incidente entre ambos países a causa de las FARC provocó una serie de reacomodamientos y replanteos en el resto de la región.
La precipitada -y ostensible- “huída” de los Presidentes Chávez, Ortega y Correa de la discusión que protagonizaran en la primera parte de la reciente “cumbre” del Grupo de Río, en Santo Domingo tiene, quizás, una explicación: las posibles consecuencias de la riquísima información que surge de las computadoras secuestradas por el ejército colombiano en el operativo que le costara la vida al terrorista Raúl Reyes. Ella puede ser realmente devastadora, para por lo menos dos de los aludidos tres países: Venezuela y Ecuador.
Ocurre que los gobiernos de ambos países pueden haber quedado absolutamente en evidencia, esto es con “las manos en la masa”, en abierta violación a la delicada Resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dictada en el marco del capítulo VII de la Carta, que prohíbe -específicamente- financiar al terrorismo y ordena, asimismo, sellar las fronteras, evitando que sean porosas respecto del terrorismo y, más aún, desautoriza los “santuarios” al terrorismo, como han venido siendo tanto Ecuador, como Venezuela, respecto de las FARC.
Ello los pone en situación sumamente delicada respecto de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, para quienes con la lucha contra el terrorismo “no se juega” nunca; ni se admiten “excepciones”.
La “actuación” argentina
A la Argentina -en función de los antecedentes personales de algunas de sus actuales autoridades- le pasa -quizás- algo parecido, aún cuando lo cierto es que (al final) nuestro país tomó alguna distancia del incidente fronterizo, pretendiendo (al fracasar el “intento mediador” de nuestra Presidente en uno de los pocos conflictos que teóricamente admitían esa posibilidad porque, recordemos, nuestra primera mandataria tiene una desventaja tremenda: no habla sino castellano) mantenerse en un pretendido papel “doctrinario”, envuelta en una larga, pero incompleta, retórica.
Lo de siempre, entonces. Más de lo mismo, lo que es lamentable. Y esto que Cristina -que ambiciona poder superar las luminarias locales y transitar en el escenario grande- no es como Néstor, de quien el añejo Lucio García del Solar, desde las columnas de La Nación, destacara recientemente sus “reticencias” ante “ciertos aspectos de los hábitos diplomáticos”. Entre ellos, la cordialidad, el protocolo, la educación social, la puntualidad, etc… A Cristina, que ama los colores “pastel”, nunca le gustaron los talleres mecánicos, en los que Néstor -en cambio- está cómodo. Por esto el “viaje” presidencial reciente no fue, como decía también García del Solar, una suerte de “finishing school” para la Presidente (que seguramente no cree que lo necesita, porque se siente doctorada en la universidad del mundo, que presume conocer); fue más bien un tema complicado y Cristina advirtió que caminaba en un campo minado. Y “bajó paño” y no salió del todo mal.
Brasil busca distancia
Las cosas han cambiado, en todas partes. Hasta en el Brasil, por ejemplo, que se apresuró a negar que en su territorio haya bases de las FARC.
No vaya a ser que su candidatura a un asiento permanente del Consejo de Seguridad se empañe. Rafael Correa había afirmado lo contrario. E Itamaratí se angustió y salió a desmentir rápidamente, aclarando que “la frontera está protegida”. A lo que se agregaron aclaraciones adicionales, realizadas desde el ámbito militar. “Tengo certeza que mis comandos van a encargarse de neutralizar las bases” (de las FARC), “en la hipótesis en que las haya”, dijo el General brasileño Augusto Helenio Pereira, titular del Comando Militar de la Amazonia.
Nadie quiere que Brasil termine siendo -de alguna manera- parte de una investigación del “Comité Anti-terrorismo” del Consejo de Seguridad, lo que sería complicado. De allí el empeño por generar distancia.
Según “La Tercera”, de Chile, militares brasileños agregaron, sin identificarse, que las FARC ingresan al territorio de su país a abastecerse de víveres y comida, solo eso. Armas y municiones, no. Las incursiones de las FARC en territorio de Brasil son, no obstante, bien conocidas.
Perú abre una investigación
Perú (cuyo Presidente, Alan García, con acierto, acusó a Venezuela de pretender “atizar el fuego” en un conflicto en el que nada tenía que ver) ha dispuesto investigar desde el Congreso, probablemente con una “Comisión Investigadora” especial, las acciones de Venezuela en su territorio, a partir de las sospechosas actividades de las oficinas del llamado “Alba”, organización presuntamente de integración económica, a la que Perú no pertenece.
Con el apoyo otorgado a Ollanta Humala aún fresco, se sospecha que Venezuela -que ha pisoteado sistemáticamente el “principio de no intervención en los asuntos internos de otros países”- utiliza descaradamente esas “oficinas” para infiltración ideológica y el financiamiento de sus “aliados” o personeros locales, lo que, de comprobarse sería sumamente grave.
“Tránsito” en tierra charrúa
Uruguay ha aparecido ahora (pasivamente) en la “ruta” del tráfico de armas de las FARC. Así lo reveló la detención, en Tailandia, del buscado traficante y ex militar ruso Víctor Bout, al que -felizmente- se atrapó a partir de información confidencial suministrada por las computadoras de Raúl Reyes.
Habría fusiles AK-47 y poderosos lanzagranadas que llegan a la jungla colombiana con alguna tierra o polvo charrúa, atento a que los aviones del traficante Bout usaban los aeropuertos orientales en su complejo y disimulado tránsito hacia las FARC.
Las penurias reales de los venezolanos
En Venezuela, Chávez tiene que ocuparse urgentemente del creciente descontento de su pueblo. Su imagen, después de la debacle del intento de reforma constitucional que no prosperara, está por el suelo.
En los primeros dos meses de este año, la inflación oficial venezolana fue del 5,8%. Los alimentos y bebidas no-alcohólicas registraron un alza -en ese mismo período- del 6,8%. Y veinte de cada cien productos alimenticios sobre los que se calcula la inflación simplemente han desparecido de los estantes y anaqueles de los supermercados. Uno de cada cinco, entonces, no es poco.
El precio del queso trepó, en dos meses, un 47,3 %. El del azúcar, un 49,2%. El arroz un 30,5%. Las pastas, un escalofriante 58%. El pan, un 18% y la leche, un 36,7%. Un verdadero desastre para los sectores de menores ingresos. Y una situación doméstica con ribetes de conmoción.
Por todo esto Hugo Chávez acudió -presuroso- a La Habana, a buscar “consejo” de su camarada, modelo, y númen, el ahora alicaído Fidel Castro. Seguramente le confió sus temores y sus recelos, ante lo sucedido.
El caos de Evo Morales
Bolivia, por su parte, está nuevamente al borde de la desintegración. Con el sector de la “medialuna ampliada” alzado, desafiando a los tribunales electorales, esto es desacatando abiertamente las órdenes de no ir adelante con los referendos de autonomía.
El gas no fluye en cantidades suficientes. Ni para alimentar el consumo doméstico. Ni para cumplir con los compromisos de exportación asumidos específicamente, no hace mucho. La crisis energética es una realidad. Y nadie dice que no existe. La falta de inversión, otra.
Mientras tanto, la producción de cocaína boliviana, en cambio, crece exponencialmente y el producto circula cada vez más. Dentro y fuera de Bolivia, alimentando el consumo de “paco” hasta en la cercana ciudad de Buenos Aires, lo que deriva en la ola creciente de asaltos violentos y asesinatos salvajes, que es del dominio público; esto es, en una creciente y peligrosa inseguridad urbana.
En tan solo once días de control, la “Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico” de Bolivia -que hace simplemente lo que puede, que no es mucho- incautó cuatro toneladas de marihuana y 138 kilogramos de cocaína. Lo que está muy por encima del promedio de los últimos años y es toda una señal.
A modo de reflexión final
De pronto, después de lo del Río Putumayo, en la frontera colombiano-ecuatoriana, todos parecen comprender que con la lucha contra el terrorismo, en el mundo de hoy no se admiten deserciones. Parece notorio, además, que algunos han comenzado a actuar en consecuencia.
La información ahora en manos de Colombia sobre financiamiento del terrorismo y narcotráfico preocupa y ha hecho aparecer una nube densa de alta peligrosidad, que flota amenazadora sobre algunos. Hay ansiedad por las posibles consecuencias de los descubrimientos hechos con motivo del preciso operativo que terminara con la vida del terrorista Raúl Reyes. Y su eventual denuncia ante el Consejo de Seguridad.
De allí, reitero, la precipitada “huída hacia delante” protagonizada por un desconocido Hugo Chávez, en Santo Domingo. También la corajuda actuación del Presidente Uribe. Y las repentinas “consultas” de Hugo Chávez con Fidel Castro, que creía equivocadamente haberse alejado del mundanal ruido. ©
www.economiaparatodos.com.ar
Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario