viernes, 28 de marzo de 2008

Retrogrado gobierno K: Nos retrasa un siglo reviviendo antinomias que estaban sepultadas

Campo vs. Industria; Clase Media vs. Sectores Obreros; Interior vs. Capital; Oligarcas vs. Trabajadores; Peronismo vs. Antiperonismo.



No quiero extenderme porque la gente común, que es sensata, ya ha comprendido la gravedad patética de la situación creada por el autoritarismo y la soberbia del gobierno K. Empero, es necesario expresar nuestro visceral rechazo a la recreación demencial y desquiciante de las viejas antinomias que estaban sepultadas.

En el PNCUNIR creemos que el detonante máximo de los cacerolazos y multitudinarias protestas chacareras en toda la Argentina agrícola radica en el hartazgo de la gente del interior ante la voracidad del centralismo.

Por Alberto Asseff

Entre Santa Fe y Córdoba este aumento de las retenciones significa casi mil millones de dólares más que se le sacan a las provincias y que van a parar al manejo discrecional de la billetera de la Casa Rosada –tal como lo denunciara hace casi dos años la Convención Nacional del PNCUNIR en una declaración que todavía repercute, titulada "Esperábamos la nueva política pero apareció sólo la billetera".

Los caminos, los puertos, los ferrocarriles, las obras antiinundación, los canales de riego, los créditos para mejorar la tecnología, diversificar la producción, posibilidad la rotación de los suelos y tantas otras cosas que necesita el interior quedan demorados o postergados sine die porque es la Casa Rosada la que maneja discrecionalmente los recursos del país mientras el federalismo pasa a ser definitivamente una caricatura.

Quiero reivindicar a los ruralistas pequeños y medianos. Es la Argentina profunda chacarera que es una de las que conserva la vieja moral del trabajo, del esfuerzo, del temple, del amor por la tierra nuestra. Los ruralistas son una cultura como un modo de vida. Prestan un mayúsculo servicio a nuestra patria: además de producir y generar riqueza, retienen la población en las áreas interiores del país, evitando así que siga desequilibrándose la distribución poblacional, engrosando las megalópolis deformantes y generadoras de muchísimas lacras que castigan a nuestra sociedad.

Para los que dicen que el campo no derrama bienestar, salvo enriquecer a los productores, vale dar un ejemplo: en Pergamino se están construyendo más de 20 edificios de altos se proyectan dos de 31 pisos. ¿eso no da trabajo? Nada menos que el gremio de la construcción que se multiplica por 50 ó más actividades reciben el derrame del campo. Y además hay que decirlo con todas las letras: EL CMAPO DEJA LA PLATA ACA, NO LA MANDA A SUIZA.

Una cosa son los chacareros y otra los grandes grupos económicos terratenientes, como Soros, Ledesma, Bemberg. ¡Es increíble que no sepan distinguir entre los pequeños productores rurales y los grandes grupos económicos que han recalado en el campo! ¿No sabrán en el gobierno K que las decisiones políticas pueden ser selectivas y diferenciar a los grandes beneficiarios de los esforzados productores?

Inhumar viejas antinomias es exactamente el modo contrario al de un buen gobernante. Gobernar la Argentina moderna es básicamente unirla en un proyecto común. Dividirla como hace el gobierno K es un descomunal retroceso y además muy peligroso para la paz entre los argentinos.

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