Quién es quién en el sector agropecuario
Los más de 170 millones de hectáreas de la Argentina se dividen en alrededor de 300 mil explotaciones agropecuarias, cuyos dueños están representados por cuatro entidades muy diferentes entre sí; surgió un nuevo grupo: los "autoconvocados"
Domingo 30 de marzo de 2008 Publicado en la Edición impresa La Nación
Luciano Miguens
Un dirigente dialoguista Considerado como uno de los dirigentes más dialoguistas del campo, Luciano Miguens preside la Sociedad Rural Argentina (SRA) desde septiembre de 2002 y fue miembro de su Comisión Directiva desde 1979. Pese a su espíritu conciliador, en este conflicto se mantiene firme en los reclamos del sector e insiste en volver al viejo esquema de retenciones fijas, previo al 11 de este mes. Miguens fue director de la Asociación Argentina de Fomento Equino, durante diferentes períodos, entre 1975 y 2000. Participó de la Comisión Directiva de la Asociación Criadores de Caballos Criollos, y fue su presidente entre 1985 y 1989. Desde 1991 hasta 1994 fue vocal del Consejo de Administración del Senasa en representación de la Sociedad Rural Argentina. Nacido el 28 de febrero de 1939, es médico veterinario, está casado y tiene tres hijos. Vive en Barrio Norte y posee un campo en Chascomús donde cría caballos criollos, su pasión. La Sociedad Rural Argentina, fundada en 1866, cuenta con 10.000 socios. Tiene mucha tradición ganadera, pero también cuenta entre sus miembros a productores dedicados a la agricultura y a la lechería. De hecho, de sus últimos presidentes, cinco son dueños de tambos.
Mario Llambías
Defensor del federalismo Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) está presidida por Mario Llambías, productor de General Belgrano y de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires. Llambías, agrimensor de profesión, comenzó su actividad en el ruralismo confederado en la Asociación de Fomento Rural de General Belgrano, en 1972, donde comenzó a moldear su espíritu combativo. Luego, presidió la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), una de las principales integrantes de CRA, que une a 114 sociedades rurales de las dos provincias, y a más de 34 mil productores. En 2003 fue elegido presidente de CRA. En la última elección, en 2005, asumió la presidencia. CRA es una entidad federal, por su sistema de representación. Reúne a 110 mil productores que pertenecen a 310 sociedades rurales de todo el país y que se constituyen en 13 confederaciones. Se trata de la entidad con mayor presencia en todo el país y aglutina a pequeños, medianos y grandes productores dedicados a un amplio espectro de actividades agropecuarias, desde ganaderos hasta viñateros, pasando por horticultores y apicultores. Perteneció a CRA el actual secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, como delegado de Santa Cruz.
Fernando Gioino
Negociador y con bajo perfil Por su origen cooperativista, el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Fernando Gioino, es un dirigente negociador por naturaleza. Cultor del bajo perfil, sus opiniones son siempre mesuradas. Se inició en el movimiento cooperativo en 1975, como presidente del Consejo de Administración de la láctea SanCor. Nacido en San Francisco, Córdoba, enclavada en la cuenca lechera más importante de América latina, Gioino aporta a la dirigencia sectorial su andar pausado y su cautela. El cooperativismo agropecuario está representado en todas las provincias argentinas y cuenta con alrededor de 100.000 asociados. Se calcula que los productores adheridos a Coninagro pertenecen a unas 500 cooperativas locales, que comercializan el 20,5 por ciento del total de los cereales y oleaginosas producidos en la Argentina, aunque también tienen representación en otras producciones de las economías regionales, como el arroz, el algodón, la lana, el té y el tabaco, entre otras. Su primer antecedente data de 1953 y fue reconocido por el Gobierno “como entidad representativa del movimiento cooperativo”.
Eduardo Buzzi
Combativo y ex oficialista Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) nació en Juan Bernabé Molina, provincia de Santa Fe, donde su familia tenía una chacra de 100 hectáreas. Inicialmente –por afinidad política–tenía una buena relación con el kirchnerismo, pero ésta se fracturó a mediados de 2006. En esa oportunidad, y ante la consulta por el cambio de postura frente al Gobierno, Buzzi dijo: “No hay peor astilla que la del propio palo”. En sus años de adolescencia, Eduardo Buzzi llegó a la FAA de la mano de la línea de Agricultores Federados Cooperativo. Eso sucedió en 1980. En 1994, Humberto Volando lo eligió para ocupar el cargo de secretario gremial, puesto que ocupó hasta fines de septiembre de 2000, cuando fue elegido presidente de la entidad. En la FAA se agrupan 100 mil productores que inicialmente fueron los colonos agricultores y arrendatarios. Los que son dueños de la tierra tienen campos medianos y chicos. El origen de la FAA fue una declaración de huelga de arrendatarios y aparceros que tuvo lugar el 25 de junio de 1912, y que se denominó el “Grito de Alcorta”, por la localidad en donde se inició, en la provincia de Santa Fe, en reclamo por el alto costo de los alquileres de los campos.
Los autoconvocados
En el campo y la ciudad Hay un nuevo grupo que surgió en el paro más prolongado del campo: los autoconvocados. Se trata de aquellas personas que no pertenecen a ninguna entidad agropecuaria, pero que también salieron a la calle, en las ciudades, y a la ruta y a las plazas, en el interior, para expresar su descontento con la última suba de las retenciones. Este heterogéneo grupo de participantes espontáneos de los piquetes está compuesto por productores agropecuarios, comerciantes, estudiantes, profesionales, prestadores de servicios, funcionarios públicos, concesionarios de maquinaria agrícola e, inclusive, transportistas. Según constató LA NACION, en varios piquetes los autoconvocados conformaron un alto porcentaje de los presentes. En muchos casos, se trató de familias enteras que compartían, a la vera del camino, el piquete con los dirigentes rurales y participaban activamente de las decisiones. “Todo lo que signifique un detrimento de la rentabilidad de las actividades agropecuarias nos afecta directamente”, dijo uno de los tantos autoconvocados a LA NACION. Es que, una porción importante del movimiento económico de los pueblos y de las ciudades del interior está estrechamente relacionada con el campo.
martes, 1 de abril de 2008
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