López, el verdugo de Schiaretti
Los Kirchner ordenaron al secretario de Obras Públicas, José López, suspender todo tipo de obras y envío de dinero a Córdoba.
Uno de los primeros síntomas de decadencia política se manifiesta cuando la conducción debe recurrir a la fuerza bruta o al castigo para imponer sus puntos de vista. Esto es lo que está empezando a prevalecer en la Casa Rosada ante la notable y por ahora sorda revuelta que se está produciendo al interior del peronismo que no comparte la visión y el modo que aplica el kirchnerismo en su pelea con el campo.
La primer víctima de esto es el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, quien presionado por los productores del interior de su provincia –de donde surgieron la mayoría de los votos que lo hicieron gobernador-, decidió ausentarse de los dos actos que encabezó Cristina Kirchner –en Plaza de Mayo y Parque Norte- para castigar al campo.
La orden llegó tajante a la Secretaría de Obras Públicas que conduce el discreto José López, uno de los preferidos de Cristina Kirchner y eterno candidato a suceder a Julio de Vido. “Ni un peso más a Córdoba, suspendan todo tipo de obras hasta nueva aviso”, fue la instrucción que llegó desde lo más alto del poder.
Confirmando así lo que ya se sabe, pero no deja de sorprender: para los Kirchner los recursos que la gente aporta a través de sus impuestos, no son más que un mecanismo de disciplinamiento de gobernadores y otros dirigentes políticos. “La chequera de la Casa Rosada que destruye el federalismo”, en palabras de uno de los productores que habló en Gualeguaychú.
lunes, 7 de abril de 2008
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