viernes, 25 de abril de 2008

El minifundio en commodities agrícolas es una receta para el fracaso

Miguel de Oromí Escalada

El minifundio en commodities agrícolas es una receta para el fracaso
Sin economías de escala no se pude competir en los mercados agrícolas. El rol del Estado debiera concentrarse en la infraestructura y en el respeto a las reglas de juego más que en promover el achicamiento de las explotaciones agropecuarias.
Tamaño del mercado La producción mundial conjunta del trigo, maíz y soja fue en el 2007 según la Secretaría de Agricultura de EEUU de 1600 millones de toneladas, una cifra casi imposible de comprender por lo enorme. De eso, nosotros produjimos 83 millones que es un 5.2%. Hace diez años estabamos en el 4%. Una buena noticia sin dudas. La causa principal : ¡!“el yuyito que crece solo”!!! y la segunda causa : ¡el desplazado por el yuyito!: ¡!el maíz!!, que aumentó sus rendimientos en un 80% gracias a que la soja le redujo las malezas que le quitaban la humedad. ¿No es verdad que se advierte el tamaño y la economías de escala con solo darles una mirada a estas cifras de enormes volúmenes? ¿Cómo producir y mover todo esto? ¡Es que no son flores Señora Cristina!! . Es importante la participación del capital y la tecnología de operadores grandes para que estos volúmenes fluyan a donde tienen que ir. La estrategia competitiva correcta es agrandarse Para seguir creciendo en este mercado - como vemos que lo venimos haciendo en los últimos diez años- hay que continuar ampliando nuestra aptitud competitiva y esto es ni más ni menos, que producir a un costo por tonelada por debajo del precio. Y el costo por tonelada bajo en un mercado tan enorme tiene que ver fundamentalmente con la escala o sea todo lo contrario al minifundio. Esto es casi una regla de oro de este mercado de antigua data. Hace 30 años estudiando el tema agrícola en un viaje en EEEUU recuerdo a un analista que sintetizó muy bien lo que todo el mundo trataba de hacer para competir y que era ” ¡agrándese o váyase!” ( get big or get out). Evidentemente lo que estoy diciendo es un sacrilegio en estos días de afición a ponerle crema chantilly a todo lo que sea chico. Pero, es así y felizmente no soy ni político ni gremialista. Intentar el crecimiento de un campesinado de minifundistas para producir eficientemente commodities es algo que no se ha visto que funcione nunca. De lo contrario, el campesinado de minifundistas tucumanos serían los más eficientes en producir caña de azúcar en el mundo y sabemos que no es así y lo que ha sufrido la República por la existencia de estos minifundios. Posiblemente la movida de los K de promover a los chicos - que no sabemos bien en qué consiste- apunta a crecer políticamente fomentando las divisiones (votame a mí porque te voy a defender del que te joroba que es él) o intentar no sé con qué éxito dividir al frente rural al mejor estilo K o sea a puro billetazo. Estoy convencido de que, de tener éxito la política de promover a que los chicos sigan siendo chicos, habremos adquirido una receta para el fracaso en términos de estrategia competitiva en commodities ya que no se podrán capturar como hasta hoy los ahorros de costos que permite la economías de escala.. Pienso al revés: creo que haría todo lo posible para que los chicos dejen de serlo. Seguro que el mejor camino es no hacer nada para diferenciarlos de los grandes y ciertamente no usar las retenciones para marcar la diferencia. En todo caso hay otros instrumentos algunos de los cuales ya existen como las tasas diferenciales del impuesto inmobiliario y a los caminos en muchas jurisdicciones. Es que si uno se fija, los chicos hacen ya de hecho pooles pequeños y medianos y venden o capitalizan sus servicios en los contratos más diversos. Están articulados en el nuevo sistema de producción agrícola que viene desde que se hace tanta agricultura con siembra directa. O sea se van agrandando todo lo que pueden que es, además de un sueño natural de todo empresario, el verdadero camino para tener una posición competitiva sustentable en un mercado de commodities. El mejor ejemplo es el teóricamente “chico” y carismático líder agropecurio, el Sr. de Angeli que maneja con su hermano una sociedad con 800 has. Una superficie que puede estar produciendo 2400 toneladas de soja una cifra casi cinco veces superior al límite establecido por el gobierno. A esta altura del partido no puedo dejar de hacer una disgresión y pensar en lo que va a ser la industria de hacerse el “chacarerito” para acceder a los beneficios de ser pequeño productor. Impacto de la escala en las reducciones de costos La escala está presente en todas las etapas de la producción, el transporte , la comercialización, el procesamiento y la exportación de los granos y permite: Impacto tranqueras adentro • Una mejor absorción de los costos fijos como las amortizaciones y los costos de capital de los equipos usados en la producción. Tractores, sembradoras, pulverizadoras y cosechadoras especialmente. Los campos más grandes sin alambrados permiten una mucho mayor eficiencia porque hay menos paradas y las tiradas son más largas. Y un país sin capital no puede permitirse sub- utilizar sus máquinarias. • Utilización de máquinas más grandes y eficientes por tonelada producida en el uso del gas oil. Un país en el medio de una crísis energética no puede darse el gusto de utilizar máquinas sub-optimas porque por un capricho no accede a una adecuada escala de producción • Menores gastos de administración de la empresa rural al diluirse en una mayor cantidad de toneladas. • Mejores costos de los insumos ya que la logística de su movimiento es más eficiente y económica y los gastos administrativos menores. • Menores riesgos climáticos al sembrar en distintas localidades como es el caso de los pooles. Mientras más chico es el predio más alto es el riesgo climático. Es posible que el mercado evolucione hacia formas mpas eficientes de lograr esto. • Menores fletes por contrataciones masivas y uso del ferrocarril en ciertos casos. • Menores fletes por tener más espaldas para no vender en el momento pico de la cosecha. Si todos fueran chicos y vendieran todos juntos los precios se desplomarían en plena cosecha y sería un caos logístico. • Menores gastos de comercialización porque las comisiones de los acopiadores es notorio que se reducen por el tamaño ya que ellos también tienen ahorros asociados a las órdenes de venta grandes. • Más acceso a la tecnología y al monitoreo técnico de los cultivos que pasan a tener un costo muy bajo precisamente por la dilución en más toneladas. Los grandes hacen punta al diversificar los riesgos. Los chicos los miran por encima del alambrado como acaba de declarar el tupamaro y ex secretario de Agricultura del Uruguay al referirse a los efectos beneficiosos de la inversión argentina (pooles y propietarios de cierto tamaño) sobe la productividad uruguaya. Pragmático el hombre a pesar de su pasado. Envidiable.. • Acceso a fuentes de capital a riesgo que no están disponibles si la empresa operativa no tiene cierto tamaño de manera de hacerla creíble, comercial, financiera y operativamente. Impacto de la escala tranqueras afuera • Todo lo que ocurre en las etapas ulteriores sigue este patrón: combate a los costos, operaciones cada vez más grandes y eficientes. • Los elevadores terminales cada vez más grandes, • los acopiadores buscan cada vez “girar” más veces su instalación, • los buques cada vez más grandes si lo permiten los mercados y los puertos • Mucha profesionalización en coordinar todo este enorme volumen . • Mercados a futuro ya sean físicos o a término cada vez más importantes y que son los que envían las señales de precios apropiadas para que estas enormes masas de cereales y oleaginosas fluyan eficientmente en el tiempo desde los campos hasta los exportadores y procesadores. El rol del Estado El rol del Estado no es incentivar a la reduccion o al aumento del tamaño. Ya el mercado se ocupará de eso. Pero el Estado se debe ocupar por remover cualquier factor que nos quite aptitud competitiva en un mercado muy difícil y riesgoso. O sea, el Estado debe ocuparse en mejorar la calidad de las reglas del juego y de la infraestructura que ningún privado puede producir por sí solo y que en este momento es desastrosa. Yo no sé porqué no se concentran en hacer lo que les corresponde y nadie puede hacer y cuando lo tengan bien hechito, se larguen a otras aventurasa. Pareciera que les aburre. Y por supuesto para poder competir es preciso que bajen el gasto público y consecuentemente los impuestos de manera que una carga menos gravosa permita asimilar la baja en los precios cuando vengan, o invertir, o ampliar el área productiva.. De lo contrario, se hace muy difícil competir con la mochila del Estado cuando muchos de nuestros competidores además subsidian la producción. Si el Estado está preocupado porque a la gente no le alcanza el dinero, tendrá que buscar mecanismos de subsidios tipo la Food Stamp de Estados Unidos para hacer llegar esas ayudas creando los impuestos correspondientes que debe aprobar el Congreso y pagar toda la comunidad como cualquier impuesto. En cambio, intentar convertir en minifundista a un productor chico es menoscabarlo y condenarlo al fracaso. En vez de que lo ayuden a permanecer chico, ese individuo necesita que lo dejen en paz para poder agrandarse y competir mejor.

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