domingo, 20 de abril de 2008
¿Qué es peor, engañar o engañarse?
¿Qué es peor, entonces, engañar mediante la propaganda o engañarse por los prejuicios? Moralmente, quizá la propaganda sea peor porque es afluente del cinismo. Pero el cínico conoce al menos su error y, de enmendarse moralmente, podría superarlo. El prejuicioso desconoce en cambio cuál es el mecanismo de distorsión que opera en sus entrañas. ¿Quién podría en tal caso corregirlo? ¿Cómo escuchará a los que quieren ayudarlo a ver las cosas como son, si sus prejuicios lo llevan a sospechar que esos mismos que querrían ayudarlo son, precisamente, sus enemigos?
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