El análisis político y económico de los doctores Vicente Massot y Agustín Monteverde
Un agrietamiento cada día más visible
Notiar 15/5/200823:21hs
Pendiente el país en su conjunto de la evolución del conflicto en el cual se hallan enfrentados el gobierno nacional y el sector ruralista, nada ha cambiado demasiado desde que las medidas de fuerza orquestadas por el campo volvieron a ponerse en marcha hace una semana, poco más o menos. Y es enteramente lógico que sea así en atención a lo que dijimos, siete días atrás, respecto de los contendientes. Como ninguno se encuentra en condiciones de vencer al otro de manera clara, la puja no se resolverá al través de una batalla napoleónica sino por movimientos de ida y vuelta, zigzagueos, avances y retrocesos gestados, todos, para que, en la medida de lo posible, no se produzcan contactos peligrosos y, por tanto, no se derrame sangre. En esta guerra —si acaso cabe denominarla así— habrá solo maniobras de desgaste, nada más. Salvo, claro, que el diablo meta la cola y se produzca algún incidente que luego debiésemos lamentar. Pero decir que nada ha cambiado demasiado puede inducir a error de no mediar una explicación sobre el alcance de la frase. Por un lado, no ha aparecido ningún protagonista nuevo en el escenario.; no ha variado la relación de fuerzas ni se ha modificado el plan de acción de los bandos en pugna. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la situación no deja de complicarse sensiblemente y, al menos en un aspecto, desfavorable al gobierno, se nota hasta qué punto Kirchner debería pensar dos veces si no le conviene fumar la pipa de la paz. Es que el agrietamiento de su frente interno —que había comenzado un mes atrás— hoy es la parte más visible de la crisis. En el curso de la última semana la mayoría automática que el santafesino Rossi congregaba a instancias de la Casa Rosada para votar cualquier ley que se le ocurriese al santacruceño, no se hizo presente. O, mejor, por temor a que se multiplicasen los faltazos, el jefe de la bancada kirchnerista decidió aplazar la sesión a la espera de que se calmasen las aguas —si es que ello ocurre— y aclarase un panorama que, por ahora, sigue teñido de negro. No sólo eso, de por sí grave para el oficialismo. La decisión del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, de recibir a los principales dirigentes del campo —cualesquiera hayan sido sus declaraciones para quedar bien con los Kirchner— marca un punto de inflexión si se tiene presente, además, la actitud del gobernador de La Pampa, de Carlos Reutemann en Santa Fé y la de Jorge Busti en Entre Ríos. Mención aparte merece la comedia de enredos que protagonizo Daniel Scioli que, por estas horas, parece hallarse en una de esas situaciones incómodas tanto por la dimensión del problema que tiene entre manos como por el hecho de que, haga lo que haga, inevitablemente quedará mal ante tirios y troyanos. Es que el gobernador de Buenos Aires —es fácil advertirlo— no desea malquistarse con el ruralismo con el cual siempre tuvo una relación excelente, y que lo votó, prácticamente en masa, en las elecciones de octubre pasado. Pero, al mismo tiempo, si hubiese dado igual paso que su par mediterráneo, hubiera tenido que lidiar con la ira incontenible de Néstor Kirchner, algo que, de momento, no está en condiciones de hacer. Si la relación de fuerzas de Scioli respecto de Kirchner fuese semejante a la de Schiaretti, por ejemplo, es probable que su posición habría estado en consonancia con la del cordobés. Lo que hace toda la diferencia es la delicada —por decir lo menos— situación financiera de la principal provincia argentina. Si le faltase el auxilio del erario nacional su insolvencia se notaría en cuestión de horas. Resultado: Scioli, contra lo que sería su deseo, no puede obrar de una manera semejante a la de Schiaretti. Con una consecuencia adicional en su contra: al adoptar una posición equívoca —porque aceptó reunirse con el campo y después se echó atrás— quedó mal parado con Kirchner, que no termina de confiar en un hombre al que recurrió no por convicción sino por necesidad, y peor parado con el ruralismo, que lo considera un timorato en atención a sus devaneos sobre qué hacer y con quién jugar. El desafío que comienza a crecer en el seno del peronismo y que el matrimonio ocupante de la Casa Rosada conoce mejor que nadie, no tiene todavía la envergadura de una Fronda. Pero no está lejos el día —si la beligerancia del santacruceño sigue por el camino de todos conocido— en que ello pueda ocurrir y Kirchner deba negociar con quienes, hasta hoy, siguen siendo subordinados obedientes. Siendo que la famosa transversalidad está muerta y enterrada y que el sueño de forjar una coalición cuyo núcleo duro fuesen las clases medias urbanas de carácter progresista también yace en el cementerio, al santacruceño no le ha quedado otra estrategia que no sea refugiarse en el peronismo puro y duro. Claro que si también allí comienzan a perderle el miedo y más de uno se anima a hablarle en voz alta, sus problemas se multiplicarán exponencialmente. La razón es sencilla: de cara a las elecciones del 2009 y para asegurar la gobernabilidad del país no tiene otra tabla de salvación fuera del peronismo. Hasta la semana próxima. Vicente Massot -------------------------------------------------------------------------------- Análisis Económico: Algunas grageas que se desarrollan en el Informe • Se acentúa la fuga del riesgo argentino. • La inflación oficial anunciada para junio (0,8 %) equivale a poco más de la cuarta parte de la real (3 %). •Si se prolonga el conflicto con el campo, la desaceleración puede transformarse en frenazo. • Sin palabra. La ONCCA debe más de cuatro meses de compensaciones a productores e industria agroalimentaria. •Ante la escasa confiabilidad de las exportaciones argentinas, el gobierno brasileño autorizó la compra sin aranceles de 1 MM ton de trigo extra-MERCOSUR. •Negocio entre amigos. Venezuela ofreció triangular gas licuado de terceros países con destino a la Argentina. • Evolución del sector externo en el primer trimestre. • Balanza bilateral con Brasil. Dos cápsulas Los datos de la recaudación respaldan nuestras mediciones de inflación. • El IVA DGI recaudó 39,2 % más que en abril del año pasado (y el IVA total 51,9 %). • En el acumulado de los cuatro primeros meses, el IVA DGI aumentó 33,4 % mientras que el total (sin devoluciones) creció 43,2 %. o Si a este último número le descontamos un —generoso— crecimiento de la economía de 8 % y una —no menos generosa— mejora en la recaudación (2,5 %), tendríamos una inflación interanual de 32,7 % interanual para el cuatrimestre. o Pero los inocultables signos de enfriamiento hacen pensar que el crecimiento real no supera hoy el 6,8 %. o La diferencia de crecimiento entre el total con Aduana y lo ingresado por DGI muestra la incidencia de la inflación “importada”. • El impuesto al cheque recaudó 52,8 % más que hace un año (39,8 % en el acumulado de los cuatro primeros meses). Si se prolonga el conflicto con el campo, la desaceleración puede transformarse en frenazo. • El 45 % de la cosecha gruesa permanece almacenada sin vender. • Las ventas automotrices ya vienen registrando una notable desaceleración en los últimos seis meses. • También se frenó la construcción privada; las solicitudes de permisos de construcción cayeron casi 20 % en marzo. • Las ventas de insumos y maquinarias agrícolas experimentan una fuerte caída. • La mora en las tarjetas de crédito se elevó al 10 %. • La caída de los salarios reales a merced de la inflación y del aumento de los aportes jubilatorios al sistema de capitalización está desalentando el consumo. • A ello se agrega la probable pérdida de miles de empleos en la industria agroalimentaria. • Mantenemos por ahora nuestro pronóstico de crecimiento en 6 % para 2008. • Pero en 2009 el aumento del PBI no superaría el 3 %. • En esas condiciones se interrumpirían los pagos del cupón ajustable por PBI, que requeriría que el año próximo se crezca 3,3 % o más para habilitar el premio por crecimiento excedente.
Agustín Monteverde
viernes, 16 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario