Apuntes de uno de mis libros de cabecera:
Es decir la verdadera justicia social de un pueblo libre y soberano, con estructuras siempre renovadas y las posibilidades de un natural y seguro desarrollo.
Democracia es el acatamiento sencillo y llano de la Constitución Nacional.
Es la seguridad y la vigencia de los derechos de todos, de minorías como de mayorías, para evitar que la autoridad, halagando a esas mayorías resulte una minoría sin representación que usurpa, quita la propiedad, obstaculiza el comercio, perturba las creencias íntimas o se inmiscuye en toda clase de actividades, más por ambición que en cumplimiento de la sublime función sacrificada de gobernar, dejando que el esfuerzo dé frutos al gobernado que lo desarrolla.
Democracia es la garantía respecto de los abusos de poder y sólo se logra por imperio de la división de poderes: el poder que legisla, el que decide y decreta y el que hace justicia.
Democracia es prohibición legal que ampara al pueblo frente a los posibles abusos de autoridad de los hombres que momentáneamente detentan el poder, así como la vigencia de los derechos de libertad de los individuos.
En la democracia el gobierno ni quita, ni da, SOLO CUMPLE CON LA LEY.
En la democracia es el mejor gobierno el que pone mayor interés en cumplir las leyes que no hizo sino que heredó de otros, de aquel que con "autobombo" inventa leyes que le convienen.
La democracia es instrucción política, no captación de votos o logro de goles "pegando patadas”, "agarrando al contrario de la camiseta", es decir haciendo proselitismo con violencia, de hecho o de palabra (vulgaridades, acusaciones personales, atropellos, etc.); jugando sucio o "corriendo con el caballo del comisario" o sea, con la ayuda demagógica que da la fuerza de los mitos populares, los recursos del gobierno o la explotación de lugares comunes indemostrables, argumentos que no se pueden probar, pero resultan espectaculares.
Democracia es igualdad de posibilidades de todos para hacer proselitismo o ganar votos. Pero respetando las reglas del juego de la acción y la propaganda electoral, de tal modo que ninguno de los líderes sea el bombero que "pise la manguera” del otro con afectismos sensacionalistas que en rueda de iguales obliga a "bajar los ojos", "cambiar la conversación", "mirar para otro lado” o huir si todavía le queda al demagogo un poco de vergüenza por ser taumaturgo, explotador de esperanzas del pueblo, sabelotodo, prometedor del oro y el moro, o decidor de argumentos que la ciencia política, social y económica tiene ya probados como sofismas vulgares.
Democracia es cultura, no excitación de instintos primarios de multitudes, como no es seducción de jóvenes ilusorios, cuentos del tío para las amas de casa, explotación de resentimientos o frustraciones, ni hipócritas conmiseraciones a los "pobres obreros" o gremialistas que disponen de dos horas para almorzar con vermut, bife, papas y huevos fritos, un litro de vino, postre, café y un licor final como los oligarcas de la "belle époque" , mientras los maestros, los empleados de tres empleos, los estudiosos (no los simples estudiantes) y los trabajadores, santos y sabios de este mundo se desgañitan, bufan, o se matan en el esfuerzo por lograr sus ideales sin siquiera tener tiempo para comer un sándwich.
Democracia no es jugar a modificar alas leyes o las constituciones de los pueblos, operándolas de apendicitis, es decir, cambiándoles detalles, mientras el cáncer de la falta de cumplimiento de esas mismas leyes y constituciones, destruyen a aquellos pueblos.
La democracia como sistema jurídico de la libertad es perenne; no está pasada de moda porque la moda es un concepto afeminado y frívolo frente a los grandes y eternos conceptos de la vida del hombre. Dios, libertad, patria, justicia, fraternidad, tolerancia, trabajo y moral no están ni se pasan de moda nunca porque, como valores, son eternos.
La democracia es la seguridad que los hombres tienen de que ninguno por ningún medio ilícito les quitará los que les pertenece como bien material o espiritual.
La democracia no es un obrar moral, una teoría resultante de la economía; es el sistema que protege la economía de los que atesoraron los frutos de su esfuerzo legítimo, de los que recibieron bienes de sus mayores porque el derecho de esforzarse por los hijos es más noble aún que el de esforzarse por uno mismo, y es, por sobre todo eso protección de aquellos a quienes una desgracia de la que no son responsables, privó de bienes necesarios para la dignidad de su existencia.
Y todos aquellos que no entren en la nómina anterior se pongan a trabajar, a gastar sus pagas con criterio sensato, a ahorrar lo que puedan y a opinar o votar en libertad como mejor les cuadre; que la democracia los protegerá en todas esas acciones, siempre que sepan diferenciar un halagador de instintos populares, es decir un demagogo, de un valiente decidor de verdades que no gustan o convienen por el momento. Y así como individualmente todo hombre llega a poseer algo con el tiempo, si se esforzó, guardó, y además tuvo suerte, y lo ayudaron o lo necesitaron; así un pueblo deberá esforzarse, ahorrar, ganar aliados y clientes y esperar que una adecuada estrategia dé, con el tiempo, sus frutos y engrandezca a la Nación a que pertenece. Todo lo demás es palabrerío hueco, castillos en el aire, ilusiones o quejas de resentimientos.
Por José Guillermo Lacalle
viernes, 30 de mayo de 2008
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