Pueden esta semana quedar al aire las raíces oscuras del poder del gobierno. Inicia el juicio a Duran, acusado de presionar al Antonini para no revelar el fin de los u$s 800 mil. Mientras, avanza el caso del triple crimen, en el que surgieron aportes a campaña de Cristina
Ocupado el gobierno en lucir aciertos en algún terreno, descuida las raíces oscuras del poder, que pueden quedar esta semana de nuevo al aire. Arranca hoy, en Miami, el juicio que se le sigue al venezolano Franklin Durán, acusado de presionar al valijero Guido Antonini para que no revelase la trama del escandaloso viaje del 4 de agosto del año pasado en un avión pagado por el gobierno argentino y que transportó una valija con u$s 800 mil a la que acompañaron funcionarios nacionales y venezolanos. Lo que había que ocultar, según la pesquisa del FBI, es que serían presuntos fondos para la campaña presidencial del oficialismo del año pasado, elección que ganó Cristina de Kirchner. Por otro lado, avanza implacable la investigación de la muerte de tres proveedores de remedios al Estado y obras sociales, uno de los cuales aparece aportando fondos a la campaña de Cristina de Kirchner, trama que apunta a terminales en el narcotráfico y el crimen organizado. Se sabe ahora que hace 15 días presentó su renuncia el superintendente de obras sociales Héctor Capaccioli, responsable político de la recaudación de esos fondos. Por ahora, le han dicho que siga en el cargo.
El caso del valijero Guido Antonini Wilson comenzará a juzgarse mañana ante una Corte Federal en Miami. El juicio ante un gran jurado se tramitará sólo contra Franklin Durán, el único de los cuatro acusados que aún se declara inocente en la causa donde se los investigó por actuar como agentes venezolanos en territorio de los EE.UU. y conspirar para evitar que Antonini Wilson revelara la operación del traslado de los u$s 800.000 desde Caracas hasta Buenos Aires. El resto de los acusados, Moisés Maiónica, Carlos Kauffmann y Rodolfo Wanseele Pacielo, ya se declararon culpables y sólo esperan que se fije la condena que negociaron con el fiscal Thomas Mulvihill y el FBI. Ellos tres terminaron colaborando con las autoridades, casi como lo hizo Antonini Wilson desde que llegó a Miami procedente de Montevideo, cuatro días después de la madrugada del 4 de agosto de 2007, cuando estalló el escándalo de la valija.
Para la Argentina, la apertura del juicio será el momento de mayor tensión en toda la causa: a partir de ese momento se escucharán todas la grabaciones que el FBI les tomó a los venezolanos y el uruguayo con ayuda de Antonini Wilson. Es allí donde se dice que los fondos que quisieron ingresar a la Argentina en el avión alquilado por ENARSA estaban destinados a financiar la campaña presidencial de Cristina de Kirchner.
Los tres venezolanos y el uruguayo están acusados por Estados Unidos de actuar en Miami como agentes encubiertos de Venezuela con el objetivo de convencer al valijero estadounidense venezolano de no revelar el origen y destino del dinero que llevó a Buenos Aires en un maletín.
Antonini Wilson, ex socio en varios negocios de Kauffmann y Durán llegó a Buenos Aires junto con un grupo de funcionarios de PDVSA y otros argentinos como Exequiel Espinosa, presidente de ENARSA; Claudio Uberti, ex jefe del OCCOVI, y su secretaria, Victoria Bereziuk.
El venezolano no fue retenido en el aeropuerto y días después pudo abandonar la Argentina hacia Uruguay y luego Miami. En ese mismo momento, Hugo Chávez visitaba el país y firmaba acuerdos de cooperación mientras ya comenzaban las sospechas de que los dólares del maletín habían salido de las arcas de la estatal PDVSA.
· En Buenos Aires
A partir de ese momento comenzó una investigación en Buenos Aires que aún no tuvo éxito. De hecho, Uberti hasta fue sobreseído por falta de mérito. Pero en EE.UU., Antonini, por miedo a su futuro, se convirtió en colaborador del FBI ayudando a grabar y recolectar pruebas de los venezolanos que fijaron allí, supuestamente por orden de la central de inteligencia venezolana, para convencerlo con dinero y amenazas de que se hiciera cargo de las culpas por el contrabando de dólares y guardara silencio.
Fue así que los agentes federales terminaron deteniendo a los cuatro implicados en Miami y declarando que los fondos no sólo no eran propiedad de Antonini Wilson, sino que él había actuado sólo como un correo para transportarlos hasta Aeroparque. El destino final, se dijo en Miami, era la campaña presidencial, algo que se develará desde mañana cuando se conozcan esas grabaciones.
Ambito Financiero
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