lunes, 29 de septiembre de 2008
El largo viaje de la emulación al resentimiento
Una vez que la Argentina empezó a alejarse de sus modelos, brotaron en ella los primeros signos del resentimiento. Quizá los Montoneros fueron su expresión más audaz. "Resentido" es el que siente doblemente, el que re-siente , un dolor insoportable ante el progreso del rival. En su magistral estudio sobre el resentimiento, Max Scheler sostiene que su primera víctima es el propio resentido porque, al no poder admitir como un hecho que su rival lo superó, deforma la visión de la realidad para echarle la culpa a ese rival sin caer en la cuenta de la verdadera razón por la cual perdió. De este modo, el resentido se queda sin lo que para él sería lo más valioso: el conocimiento de su propio error, que es la única manera de superarlo. Desviar las culpas propias hacia el éxito ajeno es la característica habitual del resentido. A partir de la difusión de esta ponzoña espiritual, algunos argentinos empezaron a culpar a los Estados Unidos, ese gran exitoso, por nuestras falencias.
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