sábado, 12 de julio de 2008

En Argentina, se castiga duramente al interior y a la producción agropecuaria,

Coherencia, privilegio de pocos.

López Murphy anticipó sobre la política agropecuaria perversa y no lo supieron escuchar.



El 16 de marzo de 2007, justo un año antes de que un perverso decreto dictado por el Ministerio de Economía pretendiendo fijar retenciones móviles a los granos hiciera estallar al país, el Doctor Ricardo López Murphy en su carácter de candidato Presidencial por Recrear, el partido que ÉL FUNDÓ, había dado una congerencia en EXPOAGRO 2007 de Junín ante numeroso público. A continuación y por gentileza del Dr. López Murphy, "Periodismo de Verdad" pone a su disposición el texto de ese discurso y en un documento adjunto al que usted podrá ingresar, la recopilación de numerosos artículos y conferencias de Ricardo López Murphy, un político al que creyeron exagerado y tidaron de ser duro pero que no pudo ser más certero. Un político para el que el honor no tiene precio y para quien la palabra dada no se negocia, un político digno al que vale la pena escuchar. Exposición de Ricardo López Murphy en EXPOAGRO 2007, Junín 16/03/2007 Buenas tardes. Agradezco esta oportunidad de exponer cuál es nuestra posición sobre qué hacer con la cadena agroindustrial y qué hacer geopolíticamente en la Argentina. Voy a desarrollar seis puntos, de la forma más ordenada posible. Primero: en todo el mundo se subsidia al campo y al interior, a fin de asegurar la ocupación del territorio y la cohesión nacional. En Argentina, se castiga duramente al interior y a la producción agropecuaria. Esa decisión estratégica de hacer raquítico el interior y favorecer las megas urbes, más allá del problema de la composición de nuestra producción, daña la seguridad nacional de la Argentina y a su realización como Nación. No puede existir una Nación próspera si tiene un interior raquítico y con el grueso de su población concentrada en megas urbes, dependiendo del clientelismo urbano. Por ese camino, la Argentina no tiene futuro. Entendámoslo, no se trata de un problema agro vs. Ciudad. El país necesita una política integral para su desarrollo. Y es la tributación exagerada y descomunal que existe sobre el interior y la producción agropecuaria, lo que produce el despoblamiento. Segundo: el sistema de retenciones es perverso, en dos dimensiones. En primer lugar, porque hace inviables las tierras marginales. Las retenciones son, para entenderlo gráficamente, como si se agrandaran los costos de transporte. Las retenciones hacen que las tierras marginales queden desocupadas. El impacto sobre las zonas marginales de la Argentina es brutal. En segundo lugar, las retenciones nos degradan tecnológicamente. Las tecnologías modernas requieren que los insumos reciban el mismo tratamiento que los productos. Si los productores se ven obligados a vender a 2 y comprar a 4, van a usar una tecnología atrasada, forzados por las condiciones económicas. No es cierto que se necesiten las retenciones: no es cierto técnicamente, ni fiscalmente, ni para la distribución del ingreso. En tercer lugar, este diseño de políticas nos quita autoridad y legitimidad para reclamar internacionalmente. El sistema está mal diseñado. ¿Cómo vamos a reclamar al mundo que retiren los subsidios de las tesorerías de los países más desarrollados a los productos de los países más ricos, si nosotros ponemos un impuesto descomunal a nuestros productores? ¿Con qué legitimidad vamos a reclamar que se acabe ese escándalo de discriminación? Yo diría: nosotros no necesitamos ayuda, necesitamos oportunidades. No las vamos a tener con las tesorerías subsidiando y con nuestro Gobierno exaccionando a nuestros productores. En cuarto lugar, algo que está en el corazón de nuestras dificultades, la informalidad. La falta de un diseño y funcionamiento correcto del Estado ha hecho que se recurra a sistemas más groseros y brutales, como es poner retenciones a las exportaciones. El país necesita que tengamos un sistema formal. Ahora, yo quiero decirles a ustedes con total sinceridad: no es posible tener un sistema formal, con impuestos suecos y servicios haitianos. No es posible cobrar impuestos extravagantes. Y la Argentina tiene un régimen de impuestos extravagantes. Encima ahora lo tenemos a Solá. Nosotros vamos a defender en la campaña electoral ese otro punto de vista: el de los contribuyentes, el de los que trabajan y producen. Eso requiere que la Argentina se comprometa a sacar los impuestos extravagantes. Esta es una definición importante. En el resto del mundo no existen los impuestos a las exportaciones, a los cheques, a las amortizaciones. Mi compromiso es: con nosotros se acaban los impuestos extravagantes. El quinto problema, es el problema político por excelencia de la Argentina: el del federalismo. ¿Por qué tenemos esos impuestos? No sólo por la incapacidad para hacer funcionar el sistema eficazmente, sino porque son esos impuestos los que han creado la gigantesca piñata presidencial, que prostituye nuestro sistema político. Por eso tenemos gobernadores e intendentes que se pasan de partido, se vuelven travestis con tal de participar de esa piñata. Si no le sacamos la piñata a Kirchner, no hay solución. Si Kirchner sigue con la piñata, no hay solución. Necesitamos una solución integral, que requiere una reforma tributaria global. Ésta debe atender a la formalidad y a crear condiciones parejas. El agro, la producción agroindustrial y la Argentina, lo que necesitan es una cultura del ciudadano. La cultura de la libertad es una cultura del ciudadano. Reglas parejas para todos, reglas igualitarias para todos. Para que sea el mérito y el esfuerzo lo que nos haga progresar en la vida. La cultura del trabajo, hacia eso debemos trabajar. Esa es la reforma tributaria integral: la reforma que impida la distorsión del federalismo y la concentración del poder en la Presidencia de la República. Necesitamos también, para no cometer los errores de ayer, tener disciplina. Y yo quiero explicar algo que es vital para la producción agroindustrial: ¿Por qué la Argentina en el pasado tuvo atraso cambiario? ¿Por qué a veces se apreció el tipo de cambio? No mintamos más: eso ocurrió en la década del ´90 porque el gobierno del Presidente Menem se endeudó en 110.000 millones de dólares. Si el Estado se endeuda en 110.000 millones de dólares, hace pomada la producción, las exportaciones y sólo genera pobreza a futuro. Nuestro compromiso en este tema es tajante. Nosotros no queremos la deuda. La deuda no genera riqueza sino pobreza. La deuda embrutece. Por eso, con nosotros va a haber disciplina fiscal. Creemos firmemente que lo que genera riqueza es la inversión en máquinas e infraestructura, no en bonos. El día que los argentinos entiendan que no se gana en los déficit fiscales, en la indisciplina y en los bonos, sino que se gana con el sudor de la frente. La contribución del Estado va a ser –si a nosotros nos toca la conducción del país- que no va a haber deuda pública neta. Vamos a trabajar para que la deuda externa pública sea inferior a las reservas. Yo les puedo asegurar que con esa regla, jamás tendremos atraso cambiario. Por último y para cerrar mi exposición, les quiero decir que el control de precios nos lleva a Guillermo Moreno. No es Moreno lo anormal. Cuando tenemos control de precios, terminamos destruyendo el INDEC, el servicio civil y terminamos con los matones a cargo. Para terminar con Moreno, con esa cultura, debemos comprometernos con la libertad, la misma que tienen los países exitosos, con Estado de Derecho, libertad de prensa, federalismo, división de poderes y en ultima instancia, políticas transparentes. Ese es nuestro compromiso. Muchas gracias.

No hay comentarios: