Según el Banco Mundial, en Venezuela y Bolivia las empresas no pueden por ley despedir a un empleado, algo que ni siquiera pasa en la China comunista, por más que el trabajador se la pase durmiendo la siesta.
La Argentina exige a las empresas que paguen 139 semanas de salario a un empleado despedido, aun cuando las empresas puedan demostrar que el trabajador no cumplió con los deber asignados.
Comparativamente, Estados Unidos, Dinamarca y Nueva Zelanda permiten despedir a un empleado incompetente sin pagarle un centavo, para incentivar el aumento del empleo.
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