jueves, 6 de noviembre de 2008
Danzas rituales para Obama
Contra lo que pueda suponer el prejuicio occidental, los africanos no suelen esperar nada. Son fatalistas y se adaptan al devenir de la vida y al designio del destino. Y si hoy, en Kenia, los ojos de la familia miran al Imperio, no es porque esperan que su suerte cambie. Están de fiesta: uno de su tribu es el hombre más poderoso del planeta.
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