miércoles, 11 de febrero de 2009
La trama de la intolerancia
Es, por tanto, necesario distinguir (y me hago cargo de que ésta es una solitaria y difícil tarea). El antisemitismo es uno de los signos del mal absoluto en la historia. Es un signo cargado por la voluntad de exterminio aplicada a un pueblo que tuvo la conmovedora capacidad de mantener su identidad en medio de tantos sacrificios. Y lo hizo hasta el punto de sobrevivir a la Shoah, el asesinato planificado y en masa de seis millones de judíos. Quien niegue la Shoah está tejiendo una tenebrosa complicidad con ese genocidio.
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