Varios especialistas y políticos consideran que el mundo estaría cercano a encontrarse ante un cambio en la economía
La globalización, el debate por el clima y el crecimiento de China e India obligan a replantear los paradigmas vigentes
Domingo 3 de febrero de 2008
DAVOS, Suiza (Internacional Herald Tribune) .- ¿La historia económica está a punto de cambiar de curso? Entre los caciques de la política y la industria que se reunieron en el Foro Económico Mundial de Davos, parece existir el consenso de que el sistema capitalista está a punto de experimentar una de esas raras y tempestuosas mutaciones que engendran un nuevo conjunto de políticas económicas.
Mientras la perspectiva de una recesión en Estados Unidos ensombrece una tensa e interminable campaña electoral en la economía de mercado más emblemática del mundo, un corrosivo cóctel de factores socava las viejas certezas: el poder se está filtrando, lenta y firmemente, desde Occidente hacia Oriente. Las desigualdades de los ingresos crecen en los países ricos. Y se multiplican los signos del contragolpe proteccionista mientras la preocupación por el cambio climático, el aumento de los fondos de inversión estatales y el estallido de la reciente burbuja crediticia proporcionan nuevas municiones a los críticos de Occidente que cuestionan el libre mercado y reclaman más protección contra la globalización.
Según economistas y ejecutivos, es difícil predecir qué es exactamente lo que aparecerá cuando se asiente el polvo. Pero algo resulta claro: ahora que vuelve a existir la frontera entre estado y mercado, la era de la globalización fácil ha terminado... y ha resurgido, en una forma u otra, la figura del gobierno fuerte.
"El péndulo entre mercado y estado está oscilando de regreso", dijo por teléfono Pascal Lamy, director general de la World Trade Organization, antes de viajar a Davos. "El año 2008 es crucial, porque podría terminar estableciendo el tono del futuro inmediato. Lo que necesitamos es una mutación ideológica sin caer en la trampa del proteccionismo."
Una mutación de esa clase en la política económica se produjo después de la depresión de 1929, y condujo a un interludio proteccionista que luego dio paso a políticas keynesianas centradas en la demanda y finalmente al estado benefactor.
Otra mutación se produjo tras el shock del precio del petróleo en la década de 1970, que volvió a concentrar la atención de los políticos en medidas basadas en la oferta y fortaleció a los que reclamaban la privatización y el libre mercado para alentar el crecimiento.
Libros de historia
Cuando los estudiantes de economía abran sus libros de historia en 2030, tal vez lean en ellos que 2008 fue el año en que se sentaron los cimientos para una nueva regulación de ciertos mercados, un sistema impositivo más redistributivo y nuevas formas de coordinación internacional de las políticas, según dicen los economistas.
"Estamos viendo el germen de un nuevo paradigma", dijo Kenneth Rogoff, profesor en la Universidad de Harvard y ex economista principal del Fondo Monetario Internacional, quien estuvo presente en Davos este año.
"El que triunfe en las elecciones estadounidenses tendrá que prestar más atención a la equidad. Y lo que se decida en el próximo acuerdo sobre el cambio climático definirá un nivel de cooperación económica internacional como nunca se vio antes."
Según Stephen Roach, el director económico para Asia de Morgan Stanley y también participante de Davos, algunas de las nociones básicas que han guiado el pensamiento económico en las últimas décadas han sido desmentidas por la cada vez más acelerada globalización.
En teoría, dijo Roach, los salarios aumentan con el incremento de la productividad, y todas las economías se favorecen comparativamente en la producción de algo.
Pero el estancamiento del salario real en algunas de las economías más ricas y el creciente miedo de que China e India unidas puedan acabar por hacer todo lo que hace Occidente, pero más barato, han desarticulado esa teoría, explicó.
El salario semanal de los trabajadores de tiempo completo en Estados Unidos, durante la segunda mitad del año pasado, fue exactamente del mismo nivel que en 2000... aún cuando la productividad aumentó un 18% en ese período.
El 54% de los europeos occidentales y el 43% de los estadounidenses creen ahora que sus hijos estarán peor que ellos en términos económicos, según una encuesta de Gallup Internacional realizada en el último trimestre de 2007 en 60 países.
"La teoría económica nos dice que la globalización no puede fallar, pero no es así, al menos no en Occidente", continuó Roach. "La teoría fue escrita en otra época. Tenemos que empezarnos a plantearnos algunas duras preguntas sobre el capitalismo irrestricto. Necesitamos un nuevo guión."
El riesgo es que los gobiernos occidentales, atentos a la creciente reacción manifestada por los votantes, puedan tentarse de reescribir el guión usando viejas y nuevas formas de proteccionismo.
Roach contó más de 20 leyes anti-China en el Congreso de Estados Unidos durante el año pasado. En 2006, cuando ya el número de esas iniciativas era alto, nunca llegaron a concretarse, explicó.
Pero ahora que los candidatos presidenciales de ambos partidos que pelean en los Estados Unidos prometieron adoptar una posición dura respecto de China, hay más del 60% de posibilidades, según Roach, de que algunas propuestas pendientes se conviertan en ley los próximos meses, con mayorías bipartidarias suficientes para impedir el veto presidencial.
Y de pronto hay una cantidad de preocupaciones generalmente aceptables que pueden ayudar a disfrazar las tendencias proteccionistas.
La más prominente es el medio ambiente. Desde que el cambio climático fue catapultado a la agenda global, los funcionarios europeos y estadounidenses han buscado la manera de hacer pagar a los importadores -como China e India-, ya que no adhieren a los mismos estándares de emisión de gases que crean el efecto invernadero.
Otra preocupación es la de los mercados financieros. La burbuja crediticia asociada con los préstamos subprime fue la última de una serie de burbujas, desde el mercado de valores hasta las viviendas, que estallaron en el curso de los últimos años y que han socavado aún más la confianza en los mercados.
También se han producido protestas contra los fondos de inversiones del estado de lugares como China, Kuwait y muy pronto Rusia que han comprado acciones de las empresas occidentales.
El reclamo se acalló un poco ya que los bancos estadounidenses, apretados por la crisis, tienen una desesperada necesidad de capital. "A medida que crecen los así llamados fondos soberanos de riqueza, y los ahorros pasan aceleradamente de Occidente a Oriente y del sector privado al sector público, indudablemente recrudecerán las protestas, dijo Daniel Yergin, director de Cambridge Energy Research Associates de Boston, y autor de " Commanding Heights ", una historia de la economía mundial.
"Es algo nuevo, importante y se hará aún más importante -dijo Yergin-. La gente luchará con el tema de los flujos de capital. La pregunta es: ¿habrá normas y reglas internacionales o todo se concentrará en medidas proteccionistas?"
Compras orientales
La misma pregunta podría plantearse respecto del número cada vez mayor de adquisiciones de empresas occidentales por parte de una nueva clase de multinacionales de las economías emergentes, con mucho efectivo y hambrientas de tecnología.
En 2006, las fusiones y compras de las economías emergentes en el extranjero habían llegado a un récord del 14%. Empresas como Mittal Steel, de India, y Lenovo, de China, gastaron 123.000 millones en más de 1000 transacciones, según la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas.
K. V. Kamath, principal ejecutivo del ICICI Bank of India, recordó un taller al que asistió hace tres años en Davos, en el que los participantes aceptaron que a pesar de la globalización, los bancos no occidentales lograrían penetrar las filas de los bancos más grandes del mundo gracias a la capitalización del mercado.
Hoy, tres bancos chinos se cuentan entre los primeros 10 del mundo. "Yo tampoco preví esto, pero lo mismo ocurrirá en otros sectores", dijo Kamath.
Su banco, el mayor banco privado de India, calcula que, en promedio, las empresas chinas e indias duplican su tamaño cada tres años. "La inversión pasa cada vez más de Occidente a Oriente", concluyó.
Hasta el momento, ha habido más conversaciones que acción en cuanto al proteccionismo, pero eso podría cambiar, según Lamy, el director de la WOT.
Este año podría ser crucial para finalizar la ronda de desarrollo de Doha, estancado por las disputas sobre subsidios agrícolas en el mundo desarrollado y por las tarifas aduaneras y el acceso a los mercados en los países en desarrollo. "Tal vez ésta sea nuestra última oportunidad", dijo el francés Pacal Lamy.
Parte de la batalla debe pelearse en casa, donde los gobiernos occidentales sienten la necesidad de aliviar el progresivo malestar de los votantes con respecto a la globalización.
Una respuesta posible es instrumentar sistemas impositivos más equitativos; Rogoff, el profesor de Harvard, argumenta que en Estados Unidos un impuesto de tasa plana sería menos regresivo que el sistema actual. Otros dicen que haría falta una reforma más profunda.
Traducción: Mirta Rosenberg
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